«Cuando mi hijo tenía veinte meses busqué sitios donde poder llevarlo a terapia. Hasta los seis años acudió a un centro donde decían que harían todo por él,  pasados los años comprendí que no era el centro adecuado para mi hijo puesto que no era específico para su condición TEA . Busqué hasta que encontré a Silvia, que nos ayudó en todo a nosotros, pero sobre todo a él, su carácter cambió, se volvió un niño cariñoso y consiguió entre muchas otras cosas que hablara, para mi Silvia lo es todo.«