Estoy pensando yo… Si los profesores se reincorporan a sus puestos quince días antes para ir preparándose para el nuevo curso. Lo justo sería que los papis también fuesen preparando a los niños para que, de manera gradual, vuelvan a establecer horarios de sueño y comidas, restablecer rutinas, anticipándoles de manera positiva su vuelta a las aulas con calendarios o agendas, haciéndoles participes de todos los preparativos para tan esperado día.
Pasar de la desestructura de la época estival a la máxima estructura del «crudo invierno», de un día para otro, es imposible e inviable para casi todos los «mortales» que habitamos este planeta….y quién diga lo contrarío, pues …¡buena suerte!
No son máquinas, son niñ@s.
No pasan del uno al mil con un chasquido de dedos.
Como dice mi padre: » un poquito de sentidiño , por favor»